El inédito secuestro extorsivo de un joven oriundo de la ciudad de Gálvez, ocurrido durante la medianoche del 14 de abril, sumó este viernes su tercer procesado. Se trata de un agente civil del Ejército Argentino, identificado como Jonatán David Oscar Petri (40), quien hasta su detención residía en el Batallón de Arsenales 603 de la ciudad de Fray Luis Beltrán, a 15 kilómetros de la ciudad de Rosario.

El procesamiento, al que tuvo acceso Aire, fue dictado por el juez federal N°1 de Santa Fe, Reinaldo Rodríguez, que declaró a Petri como presunto autor de secuestro extorsivo, agravado por ser la víctima una persona discapacitada, por ser el nombrado agente de una fuerza de seguridad y por la cantidad de intervinientes (tres personas), en concurso ideal con el delito de robo agravado por haberse cometido en poblado y en banda, en concurso real.

La medida judicial también ordenó trabarle al integrante del Ejército un embargo de $1.000.000 y a su vez que permanezca detenido de manera preventiva, en un establecimiento carcelario, hasta tanto la causa judicial sea por lo menos enviada a juicio al Tribunal Oral Federal.

El vínculo de Petri con el caso se dio a partir de una investigación realizada por los detectives del Departamento Antisecuestros Centro Norte de la Policía Federal Argentina que mediante peritajes y tareas de inteligencia determinaron que el hombre de 40 años puso la casa, en localidad de Andino, en donde la víctima del secuestro permaneció privado de su libertad.

l secuestro se dio pasada la medianoche del 14 de abril. En ese entonces, Nicolás M., de 27 años, regresaba a su casa del trabajo. Al llegar Maipú y Corrientes fue interceptado por un Ford Focus gris del cual bajaron dos hombres, que para los investigadores fueron los hermanos Franco Lionel (35) y Martín Uriel Quevedo (36), quienes lo subieron, encapucharon y obligaron a guardar silencio.

Los secuestradores huyeron de la ciudad de Gálvez en dirección al sur provincial y en el camino, uno de ellos, llamó (desde el teléfono de la víctima) a la madre del muchacho raptado para exigirle la suma de 200 mil dólares a cambio de liberar a su hijo. En medio de la trama extorsiva, la mujer recibió una llamada perdida de un número telefónico que se convirtió en una pieza clave para la investigación. Es que el mismo era propiedad de Franco Quevedo, quien registró idénticos impactos de llamadas con el teléfono de la víctima y los cuales se dieron entre Gálvez y la zona de Andino, en el departamento Iriondo.

El galvense secuestrado fue llevado hasta una casa en construcción en donde fue obligado a dormirse en un colchón y realizar sus necesidades en un tacho. Al amanecer y verse frustrado el pago del rescate, los secuestradores cargaron al hombre en el automóvil y lo liberaron en un camino rural de la zona en donde fue luego hallado por un automovilista que pasó. 

Activada la investigación, los hermanos Franco y Uriel Quevedo fueron arrestados por disposición del fiscal Gustavo Onel luego de un megaoperativo que llevó adelante la Policía Federal el 21 de abril en la ciudad de Gálvez.

Detenidos y procesados los hermanos Quevedo, la causa se enfocó en su cuñado: Jonatán David Oscar Petri, quien, según estableció la investigación, puso a disposición la casa en construcción de Andino, de la cual es copropietario, (calle Miguel Pafundi, manzana 16, lote 38) para que los secuestradores llevaran a la víctima.

Los investigadores tuvieron en cuenta además otro dato que causó sospecha sobre el rol de Petri y es que se comunicó con Franco Quevedo a las 11:59 y 12:08, en el horario en que se dio la liberación de la víctima.

Por último, se halló, el día en que la casa de Andino fue allanada (el 1 de junio) un portaequipaje que habría sido del automóvil Ford Focus que se utilizó en el secuestro en la ciudad de Gálvez y el cual fue descartado en la obra en construcción.