
Netflix elaboró una serie de "principios rectores" para el uso de IA generativa en sus producciones
Desde la firma de streaming reconocieron que esta tecnología se utiliza “cada vez más en los flujos de trabajo creativo"
Ante el rápido desarrollo de aplicaciones de inteligencia artificial generativa (GenAI) y su adopción por parte de productores de contenidos, Netflix estableció una serie de condiciones que sus socios creativos deben cumplir para utilizar esta tecnología, pidiendo cautela a la hora de replicar materiales que puedan infringir derechos de autor o reemplazar nuevos talentos o trabajos sindicalizados “sin consentimiento”.
Desde la firma de streaming reconocieron que esta tecnología se utiliza “cada vez más en los flujos de trabajo creativo en la producción de contenido”, y la consideraron como “valiosas ayudas creativas cuando se utilizan de forma transparente y responsable”.
Y aunque sostienen que la GenAI puede usarse para ideación creativa, una condición para ello es que sus “socios de producción” compartan “cualquier uso previsto de GenAI” con Netflix, “especialmente a medida que continúan surgiendo nuevas herramientas con diferentes capacidades y riesgos”.
El codirector ejecutivo de la compañía, Ted Sarandos, destacó anteriormente cómo el equipo de efectos visuales que trabajó en la serie argentina El Eternauta usó GenAI en la producción, lo que les permitió agilizar el trabajo.
Pero la incorporación de GenAI en sus producciones no ha estado exenta de polémicas. En 2024, la plataforma recibió críticas cuando se la acusó de haber utilizado esta tecnología en el documental true crime What Jennifer Did, en donde aparentemente generaron imágenes de la víctima del caso real en lugar de usar fotografías de archivo.
Las imágenes se utilizaron para ilustrar su personalidad “alegre, feliz, segura y muy genuina”, en línea con la descripción que aportó su amigo de la secundaria Nam Nguyen. Y reúne todas las características de una foto generada por IA, incluyendo manos y dedos destrozados, rasgos faciales deformes, objetos transformados en el fondo e incluso un diente demasiado largo.
Las condiciones de Netflix para el uso de GenAI
En los “principios rectores” se determina que aquellas productoras que utilicen IA generativa deberán contar con una “aprobación por escrito” de la plataforma para poder usar entregables finales, contenidos similares a los producidos por talentos humanos, piezas que incluyan datos personales o incumplan propiedad intelectual de terceros.
“Dadas las sensibilidades que rodean el uso de estas herramientas y el panorama legal en evolución, es esencial actuar de manera responsable al emplear flujos de trabajo generativos”, apuntaron, y le pidieron a sus socios que “consideren los siguientes principios rectores antes de aprovechar GenAI en cualquier flujo de trabajo creativo”:
Los resultados no replican ni recrean sustancialmente características identificables de material sin propiedad o protegido por derechos de autor, ni infringen una obra protegida por derechos de autor;
Las herramientas generativas utilizadas no almacenan, reutilizan ni se entrenan con las entradas o salidas de datos de producción;
Siempre que sea posible, se utilizan herramientas generativas en un entorno seguro para la empresa para salvaguardar los insumos;
El material generado es temporal y no forma parte del los entregables finales;
GenAI no se utiliza para reemplazar o generar piezas de trabajo cubierto por el sindicato sin consentimiento.
Si los creadores consideran que su uso de la GenAI no cumple con alguno de estos puntos, deben consultar con sus contactos en Netflix.
Para la generación de contenidos con IA, Netflix aclara además que no pueden incluirse materiales de su propiedad (como guiones o imágenes de producción) en los inputs de los modelos utilizados, ni tampoco datos personales (como detalles del elenco o del equipo).
Tampoco puede usarse material de artistas, intérpretes u otros titulares de derechos, a menos que se cuente con la autorización legal adecuada.
“Ya sea que estés diseñando un mundo, un personaje o una obra de arte que aparece en una escena, se aplican los mismos estándares creativos y legales que con los activos producidos tradicionalmente”, apuntan.
En el apartado de “Ética y representación”, remarcan que uno de los riesgos de la GenAI es que “puede difuminar la línea entre ficción y realidad o engañar involuntariamente a los espectadores”. Por ello, piden no utilizar “contenido engañoso o tergiversado” (como diálogos o escenas presentadas como auténticas), ni tampoco producciones con IA que tengan “impacto en los roles sindicales”, sobre lo cual explican: “asegúrese de que su uso de GenAI no reemplace ni afecte materialmente el trabajo que normalmente realizan las personas representadas por sindicatos, incluidos actores, escritores o miembros del equipo, sin las aprobaciones o acuerdos adecuados”.
Para lo que definen como “alteraciones digitales”, explican que se requiere de consentimiento excepto para “aquellas que se realizan habitualmente en la industria del entretenimiento y el cine”, tales como modificaciones “en las que la fotografía o la banda sonora permanecen sustancialmente tal como fueron escritas, interpretadas o grabadas”; o “cambios de postproducción para cosméticos, vestuario, reducción de ruido, sincronización, continuidad, tono, claridad y propósitos similares”.
Además, cualquier modelo entrenado para manipular el trabajo de talentos humanos solo puede utilizarse para la producción en cuestión y con previo acuerdo con el autor original de la pieza a modificar.
Otra de las restricciones impide utilizar modelos para recrear la actuación de un actor en otra producción, discurso o concepto sin el consentimiento expreso de todas las partes involucradas.